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Seaflowers

Cuando salté al vacío

Con el miedo pesando en los pies

El universo me llevó de viaje a las profundidades

Donde las flores del mar me esperaban

Verano 2013. Había tenido un giro de rumbo de 180º, la vida se abría. Volvía al punto de partida de 2007, pero con unas circunstancias diferentes.

En los días previos al verano, estaba retomando mi doctorado, pues ya tenía la suficiencia investigadora, ahora tocaba la tesis y andaba escribiendo el proyecto para hacerla. Me parecía también que volver al doctorado era la puerta al mundo exterior, a conectarme de nuevo con otras personas. Y robaba minutos al día para escribir.

Ya en verano fue cuando conocí a mi amigo y joven pintor taiwanés Lu Yu-Han, al que alquilé una habitación con preciosas vistas al mediterráneo y que vivió en mi casa y me ayudó en todo aquel verano. Fue una delicia tener a Yu-Han conmigo, con esa energía tan zen, poniendo deliciosa música, cocinando deliciosa comida y pintando en algún rincón de la casa sus preciosas acuarelas.

A Yu-han lo conocí por Facebook. Me escribió desde una pequeña isla de Taiwán para felicitarme por mis pinturas y me contó que él era un pintor taiwanés que trabajaba para la marina como cocinero, que estaba en una pequeña isla donde vivía con quince soldados pero que iba a “desertar” para irse a vivir como pintor a Berlín. Después me escribió desde Berlín, decepcionado por no encontrar lugar para exponer sus obras y fue que lo invité a venir a mi casa.

También en aquellos días de verano el ayuntamiento del pueblo me ofreció alojar a una familia de artistas rusos (la madre pintora, la hija pintora y el hijo que era un jovencito de las artes escénicas, el marido de la hija, escultor herrero y Tarás, que era un colega, también escultor) y que venían a hacer una exposición en la casa de Cultura.

Así que en mi casa aquel verano vivía con mi hijo de tres años, con un taiwanés, cinco rusos, 7 gatos, dos perros grandes y dos agapornis. Suerte que era una hermosa casa, amplia, con jardín y terrazas de buganvillas y con las preciosas vistas del mar…

Fue entonces cuando la oficina de Turismo de Oropesa me ofreció la posibilidad de exponer en su sala de exposiciones pues un artista les había fallado en el último momento y les dije que sí. Disponía de dos semanas para preparar aquella exposición que suponía mi regreso al mundo artístico. En aquel momento tenía algunos cuadros grandes pintados antes de la maternidad pero me faltaba algo de obra para completarla pues habían dos salas y eran grandes. Pensé en la acuarela ya que es una técnica rápida.

Y allí en el salón de la casa, pues el estudio estaba okupado por animales, y con el barullo y el trajín de toda esa gente, habitantes de mi casa, disfrutando los días de verano, yo pintaba, sentada en el suelo, grandes papeles con acuarela. Y fue bello, hermoso, lo fácil que me resultaba pintar con la acuarela.

Finalmente expuse todo obra nueva en esa exposición, realizada en poco menos de dos semanas. Así fue que nació Seaflowers.

Y desde aquel entonces la acuarela se convirtió en mi técnica favorita.

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